Época complicada la que nos está tocando vivir en el mundo de la enseñanza. Los recortes en recursos, en sueldos, los aumentos de las ratios y los problemas de convivencia del día a día hacen que cada vez haya más profesores que empiecen a sufrir el "síndrome del quemado" o "síndrome de Bournot".
El desarrollo del "síndrome del quemado" consta de 5 fases:
1-Fase inicial (de entusiasmo): Al empezar un trabajo, se tienen expectativas positivas, el profesor presenta entusiasmo, gran energía y no le importa trabajar más y hacer horas extras.
2-Fase de estancamiento: Se precibe que el esfuerzo es mayor que la recompensa obtenida, y que no se ven cumplidas las espectativas profesionales. Se considera que existe un desequilibrio entre las demandas y los recursos; por lo tanto, aparece un problema de estrés psicosocial. el profesional se siente incapaz de dar una respuesta eficaz.
3- Fase de frustración: Aparece la desilusión y desmoralización del profesor. El trabajo no tiene sentido, cualquier cosa le irrita y provoca conflictos en el trabajo. Aparecen problemas emocionales, fisiológicos y conductuales.
4-Fase de apatía: Aparecen una serie de mecanismos de defensa del profesor que se traducen en cambios actitudinales y conductuales, como son: el trato distante y mecánico hacia sus compañeros y alumnos, la anteposición de sus intereses y de la satisfacción de las necesidades propias frene a prestar un mejor servicio y disminución en la participación en el trabajo.
5- Fase del quemado: Es la fase del colapso emocional y cognitivo. La imposibilidad de satisfacer las demandas emocionales excesivas provoca un fracaso personal y un desgaste profesional, al que contribuye también la presencia de una asertividad deficiente. Aparece el síndrome del quemado en el trabajo con su triple dimensión: agotamiento emocional es la respuesta del profesor que ya no puede dar más a nivel afectivo, despersonalización aparece cuando se desarrollan sentimientos negativos, y la baja realización personal cuando el profesor se siente insatisfecho con los resultados profesionales y con él mismo.
Juan Enciso Pizarro
En efecto esto ocurre muy a menudo en las instituciones educativas, mas cuando las autoridades no reconocen los méritos de los profesores en la labor que se lleva día a día, y sin embargo se los recarga de trabajo provocando este síndrome.
ResponderEliminarEs dramático que se den estas situaciones, y que se sigan viviendo como algo propio de la profesión que hemos elegido desarrollar. Como una desgracia que no se puede evitar.
ResponderEliminarPero, a mi entender, existe algo peor; es esa clase de profesor que sabemos que jamas estará quemado, porque nunca llega a la fase 1 de la lista de 5 que aparecen en la entrada. Docentes sin ningun entusiamo, que realizan su trabajo desde el primer dia como quien se dedica a cualquier labor mecánica.