sábado, 9 de febrero de 2013

Síndrome del quemado

Época complicada la que nos está tocando vivir en el mundo de la enseñanza. Los recortes en recursos, en sueldos, los aumentos de las ratios  y los problemas de convivencia del día a día hacen que cada vez haya más profesores que empiecen a sufrir el "síndrome del quemado" o "síndrome de Bournot".

El desarrollo del "síndrome del quemado" consta de 5 fases:

1-Fase inicial (de entusiasmo): Al empezar un trabajo, se tienen expectativas positivas, el profesor presenta entusiasmo, gran energía y no le importa trabajar más y hacer horas extras.

2-Fase de estancamiento: Se precibe que el esfuerzo es mayor que la recompensa obtenida, y que no se ven cumplidas las espectativas profesionales. Se considera que existe un desequilibrio entre las demandas y los recursos; por lo tanto, aparece un problema de estrés psicosocial. el profesional se siente incapaz de dar una respuesta eficaz.

3- Fase de frustración: Aparece la desilusión y  desmoralización del profesor. El trabajo no tiene sentido, cualquier cosa le irrita y provoca conflictos en el trabajo. Aparecen problemas emocionales, fisiológicos y conductuales.

4-Fase de apatía: Aparecen una serie de mecanismos de defensa del profesor que se traducen en cambios actitudinales y conductuales, como son: el trato distante y mecánico hacia sus compañeros y alumnos, la anteposición de sus intereses y de la satisfacción de las necesidades propias frene a prestar un mejor servicio y disminución en la participación en el trabajo.

5- Fase del quemado: Es la fase del colapso emocional y cognitivo. La imposibilidad de satisfacer las demandas emocionales excesivas provoca un fracaso personal y un desgaste profesional, al que contribuye también la presencia de una asertividad deficiente.  Aparece el síndrome del quemado en el trabajo con su triple dimensión: agotamiento emocional es la respuesta del profesor que ya no puede dar más a nivel afectivo, despersonalización aparece cuando se desarrollan sentimientos negativos, y la baja realización personal cuando el profesor se siente insatisfecho con los resultados profesionales y con él mismo.

Juan Enciso Pizarro

2 comentarios:

  1. En efecto esto ocurre muy a menudo en las instituciones educativas, mas cuando las autoridades no reconocen los méritos de los profesores en la labor que se lleva día a día, y sin embargo se los recarga de trabajo provocando este síndrome.

    ResponderEliminar
  2. Es dramático que se den estas situaciones, y que se sigan viviendo como algo propio de la profesión que hemos elegido desarrollar. Como una desgracia que no se puede evitar.

    Pero, a mi entender, existe algo peor; es esa clase de profesor que sabemos que jamas estará quemado, porque nunca llega a la fase 1 de la lista de 5 que aparecen en la entrada. Docentes sin ningun entusiamo, que realizan su trabajo desde el primer dia como quien se dedica a cualquier labor mecánica.

    ResponderEliminar