Hoy se han acabado las clases en todos los centros educativos de primaria y secundaria y las emociones han tenido un papel importantísimo.
Muchos grupos han estado por última vez juntos ya que han acabado un nivel educativo y a partir de septiembre cada alumno seguirá un camino diferente.
En otros grupos no era una despedida, era simplemente un hasta luego, ya que la mayoría seguirán juntos en el nuevo curso de septiembre.
En muchos casos ha habido despedidas emocionadas para profesores que se han dejado el alma durante todo el año, y hoy han tenido la mayor recompensa que puede tener un profesor, y que no es otra que el agradecimiento de los alumnos.
En mi escuela he podido vivir todas esas sensaciones. La despedida de los alumnos de 4º de ESO, que no volverán a estar juntos como grupo, las despedidas del resto de grupos, la alegría de algunos profesores a los que los alumnos habían sorprendido con un detalle de agradecimiento y los abrazos y saltos de todos (profesores y alumnos) al sonar el timbre de la ultima hora de clase.
Días como hoy te enseñan que el mundo de la enseñanza es algo más que un trabajo.
Desde que entran los alumnos en septiembre hasta que en un día como hoy dejan la escuela se establecen unos lazos y unas relaciones afectivas que no se dan en ningún otro trabajo.
Ahora empezamos una temporada de análisis de como nos ha ido este curso, y de organización del próximo curso. No daremos clases pero seguiremos trabajando por nuestros alumnos.
Mucha gente dirá "Estos profesores ahora tienen dos meses de vacaciones"
Yo solamente les digo: "Pobres ignorantes no saben lo que dicen y que atrevida llega a ser la ignorancia"
Quiero acabar con una imagen tomada hoy a las 14h en mi escuela. Imagen que representa la soledad de una escuela sin nuestro valor más preciado: nuestros alumnos.
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